Redes sociales libres: usos, alcances y desafíos para nuestras organizaciones

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28 junio, 2023
sursiendo

Durante los últimos años, encontramos que muchas organizaciones trabajando en la defensa de los derechos digitales, la libertad de expresión y la autonomía tecnológica utilizamos las plataformas de redes sociales privativas y comerciales como una de las principales herramientas para nuestro activismo y acciones de comunicación, mientras que las redes sociales libres, descentralizadas y federadas son poco o nada utilizadas.

Esta es una realidad que nos genera múltiples interrogantes. Si es importante para nuestro activismo ocupar los espacios digitales que ofrecen las redes sociales privativas (que suelen ser las que más vulneran los derechos digitales), también podría serlo ocupar, habitar y apropiarnos de las redes sociales libres que, por diseño, se acercan mucho más a lo que aspiramos.

¿Por qué no  estamos (tanto) por allí? ¿Qué debería suceder para que lo hagamos? ¿Con qué dificultades nos encontramos? ¿Por qué hemos naturalizado la lógica comercial que valora nuestras conversaciones por la cantidad de interacciones y no por la calidad de los contenidos? ¿Qué podemos hacer para fortaceler nuestra presencia y contagiar a otras y otros?

Con estas preguntas partimos a principios de junio hacia la 12° edición de RightsCon, la conferencia organizada por Access Now que cada año reúne a activistas, periodistas, autoridades de gobierno y organizaciones de la sociedad civil para reflexionar, discutir y compartir en torno a las intersecciones entre tecnología y derechos humanos.

Allí facilitamos el taller «Redes sociales libres: usos, alcances y desafíos para nuestras organizaciones» con el objetivo de compartir, junto a colegas de la región, nuestras miradas, ideas y ejemplos para conversar sobre cómo se utilizan las redes sociales federadas, cómo se desarrollan los contenidos, qué desafíos presentan y qué estrategias podemos desarrollar para estar más presentes en ellas, lograr más impacto, generar más conversaciones y así fortalecer nuestro activismo por los derechos humanos y digitales.

Pasos previos

Para empezar a conversar sobre este tema, en el mes de abril realizamos una pequeña encuesta a organizaciones cercanas con la idea de contar con unas primeras aproximaciones sobre el uso de redes sociales tanto libres como privativas.

Allí observamos que la mayoría de las organizaciones encuestadas tiene presencia en las redes sociales privativas (Twitter, Facebook, Instagram), con perfiles que se generaron, en promedio, 10 años atrás. Las redes libres más utilizadas son Mastodon y Peertube, con perfiles creados entre 2018 y 2019, en algunos casos creando sus propias instancias en estos espacios.

Sobre la llegada a los espacios libres y federados, todas coincidieron en la necesidad de ser consecuentes con los principios que nos movilizan: la libertad de conocimiento, la defensa de los derechos digitales, el activismo y la militancia de software libre, la lucha por la autonomía digital, entre otros. Sin embargo, la mayoría también reconoce que se replican los mismos contenidos y formatos en las redes privativas como en las redes libres, es decir, a pesar de encontrarnos ante dos espacios con comunidades y lógicas diferentes, para el diseño de los mensajes que se comparten no se tienen en cuenta esas diferencias.

¿Cómo se vive la experiencia de habitar esos espacios? Las organizaciones destacaron una «experiencia buena» donde las «interacciones son más reales» y «se encuentran muchas más publicaciones sobre los temas que nos interesan». Aunque también señalaron su complejidad, precisamente por «el acostumbramiento a las lógicas privativas».

Sobre las dificultades que se encuentran, las personas referentes de las organizaciones consultadas señalaron que el «efecto burbuja» -que en las redes privativas está determinado por los algoritmos- se produce igual, porque «la mayoría de las personas usuarias provienen del activismo digital». Al mismo tiempo, «la mayor parte de quienes están en las redes libres no habla español», y continúa siendo «difícil entender cómo funciona para las personas que vienen de servicios centralizados». Otros detalles señalados fueron las dificultades económicas y técnicas que supone generar instancias propias, ya que «requieren mucha dedicación de tiempo de nuestro equipo» y eso termina repercutiendo en la «estabilidad de algunas plataformas».

En estos espacios, concluyen, falta «más gente y creadores de contenido», y que sea «más explícito el modo de interacción, así como la manera de conectar con otras personas y redes» para «masificar estos espacios, que sean cada vez las personas que se enteren de que existen».

Ahora que Meta ha puesto sus ojos (y su capital) en tener presencia en redes federadas nos preguntamos si nuestro interés está puesto en la masificación y quizás se enfoca más en la diversidad y la posibilidad de establecer otras formas de relación, aún estando mediadas por la digitalidad.

Reflexiones conjuntas durante el taller en RighstCon

Cerca de 70 personas de diversas organizaciones de Latinoamérica participaron del taller «Redes sociales libres: usos, alcances y desafíos» para nuestras organizaciones que, desde Sursiendo, facilitamos durante la RightsCon. Allí compartimos, a modo de introducción, los resultados de nuestra pequeña encuesta para abrir el juego y poner en común nuestras experiencias y usos en torno a las redes sociales libres y federadas.

Propusimos una serie de preguntas para que las participantes pudieran trabajar en equipos, reflexionando en torno a las posibilidades que ofrecen estos espacios, cuáles son los desafíos o dificultades con las que nos encontramos y qué acciones podemos realizar para fomentar la participación, el tiempo de lectura y las conversaciones en ellas. El resultado superó nuestras expectativas.

Sobre las posibilidades se mencionó que las redes sociales libres proponen un «espacio seguro» donde se puede «hablar sin censuras», «tener un poco más de autonomía» y permite que haya «más cantidad y diversidad de voces».

En relación a las dificultades se señaló que «el alcance» o «la incidencia» que se logra es muy poca y, al mismo tiempo, no se ofrecen estadísticas en redes sociales, como por ejemplo Mastodon. Esto, sin embargo, significa un desafío que plantea un reto: hay que «pensar otras formas de medir» los resultados de nuestros contenidos compartidos. Resuena muy valioso pensar otras formas de «medir“. Formas que vayan en sintonía con esas otras formas de „hacer comunidad“ que nos estamos proponiendo .

Otra dificultad planteada es la relación con los donantes que «quieren ver el impacto de los proyectos en los espacios privativos», lo cual influye también en la dedicación a las redes sociales libres.También estuvo presente la cuestión del idioma al afirmar que en estos espacios se habla «en inglés, español o muy técnico, y quedan afuera las lenguas nativas».

Por último, se resaltó que, por un lado, el acceso a Internet continúa siendo un privilegio que limita la participación de muchas personas o comunidades pero, al mismo tiempo, esa limitación también tiene que ver con la falta de conocimiento de que estos espacios existen y la resistencia al cambio. Además, muchas organizaciones reconocieron que, en ocasiones, la interfaz de las redes libres no resulta amigable o fácil de navegar o utilizar.

Frente a este escenario nos preguntamos: ¿Qué acciones podemos realizar para fomentar la participación, el tiempo de lectura y las conversaciones en ellas? La propuesta en la que todas las personas presentes coincidieron tiene que ver con la necesidad de contar con «formación sobre el Fediverso y las redes libres», y «generar procesos de capacitación y aprendizaje para su uso seguro», donde además «se pueda compartir las ventajas de estas plataformas versus otras (las privativas)».

Otras propuestas tuvieron que ver con la producción de los contenidos que hacemos circular por las redes libres: «generar contenidos atractivos, con un lenguaje amigable y con pertinencia cultural», «hacer protagonistas a los individuos para humanizar los mensajes», todo ello para crear comunidad, con el objetivo de generar más interacciones y también para que las mismas personas se contagien y compartan cada vez más sus propios mensajes.

También se señaló la importancia de «generar contenidos para cada plataforma (libres y privativas) y a la vez enlazarlas», lo cual permitiría «redirigir al público de una plataforma a otras», así como realizar campañas de difusión (sobre redes libres) en TikTok e Instagram y solicitar la adopción (de las redes sociales libres) a los espacios laborales. Tampoco faltó la idea de organizar un Fediverse Party latino, para, entre otras cosas, «conocer las instancias copadas de América Latina y los recursos asociados como apps, webs, etc.»

Nuestra sesión tenía como objetivo compartir experiencias y pensar acciones conjuntas. La propuesta para el cierre del encuentro fue construir colectivamente un lema/consigna en la forma de #hashtag que nos permitiese identificarnos y nuclear todas nuestras acciones en las plataformas libres que podamos realizar con el fin de comprometernos a fomentar la participación, el tiempo de lectura y las conversaciones en estos espacios digitales. Así, de la plenaria surgió la idea de (re)apropiarnos del hashtag #RedesLibres, que se viene utilizando y mucho, para que sea parte de nuestras acciones colectivas.

Sabemos que hacer un uso más extenso y consciente de las redes sociales libres y federadas es un desafío muy grande, pero estamos felices de poder compartir estos procesos de reflexión y transformación junto a amigues y colegas latinoamericanas, y así reafirmar nuestra lucha en defensa de los derechos digitales, la libertad de expresión y la autonomía tecnológica.

PS: algunas redes federadas son Mastodon, Diaspora, Friendica, PixelFed, Peertube o Funkwhale, cada una con características y usos diferenciados, y a veces enlazadas en lo que se llama Fediverso.

@sursiendo